“Hay una vigilancia estricta (hacia los libros). A veces hay que educar a los maestros, a los rectores y a los padres de familia. Pero los muchachos son tranquilos, son muy curiosos intelectualmente, están al día y uno no puede controlar una persona que ya tiene internet en el celular. Siempre van a llegar a la información, van a investigar y conocer. Falta una política de estado, porque se sigue creyendo que el PIB sigue siendo la clave para el desarrollo de una nación y no han entendido que la clave del desarrollo, en los nuevos valores de la riqueza, es la educación y la cultura.”