““No basta con escribir libros, no es suficiente. Con un índice de lectura tan bajo, me interesa hacer parte de la creación de lectores a través de talleres literarios. Voy a colegios públicos y a los privados de los estratos del 1 al 6, a las casas de cultura de los barrios, a las bibliotecas públicas, a otras ciudades, generando un diálogo”, cuenta. Entonces se ratifica con un “soy escritor”, definición a la que llegó luego de preguntarse, tras la muerte de su padre, qué era en la cadena.
“No era padre tampoco. ¿Biológicamente qué soy? ¿En la cadena del ADN no soy nada? Pero existo, y entonces ante la imposibilidad de nombrarme como algo –ya no soy hijo y no soy padre. Soy tío, sí, ¿pero qué?– veo que el sentido de humanidad se ensancha, se vuelve más potente, porque tener hijos no necesariamente te engrandece. Y me defino entonces como humano y escritor en mi cadena biológica”.”