Los sonidos del mundo

Los sonidos del mundo
Imagen referencia al área de posproducción en el cine


___Hacer cine ha sido todo un aprendizaje. Cómo se construye un set de grabación, los detalles de los objetos, el vestuario, el maquillaje, los complejos movimientos de cámara, los métodos de interpretación de los actores, los efectos especiales, los múltiples micrófonos de los sonidistas, todo es pura magia que se va desplegando durante el rodaje.
__Detrás del día a día están también los de transporte, los de la enfermería o los encargados de las comidas y las bebidas, de los cuales depende el bienestar de todo el equipo. Es un ritmo trepidante que se va imponiendo desde el primer día hasta el último, y en el que cada departamento debe cumplir con sus obligaciones a cabalidad.
__Durante el rodaje de Los Iniciados, por ejemplo, la producción construyó un set en la antigua Licorera de Cundinamarca, en la zona industrial. Eran tres calles que pertenecían a una ciudad arquetípica del Tercer Mundo, que bien podía ser Bangkok, Río de Janeiro o Bogotá. Una ciudad que había tenido cierto esplendor, pero que se había venido a menos hasta el punto de convertirse en un mercadillo público con cierto toque de anticipación apocalíptica.
__Fue impresionante ver a los del Departamento de Arte revisar cada fachada, cada puerta, cada balcón, el andén, los postes y las cuerdas de la luz, las alcantarillas, en fin, diseñaban, construían en los talleres, tomaban fotografías y luego revisaban una y mil veces en sus computadores las distancias y las posiciones de cada ventana. Era todo un despliegue de talento y de creatividad.
__Recuerdo, por ejemplo, cuando estábamos a punto de entrar al primer día de rodaje, que alguien gritó con alarma:
__– ¡No tenemos contadores de la luz!
__En efecto, ese pequeño detalle se había pasado por alto y entonces los operarios salieron corriendo a solucionarlo.
__Ya en pleno rodaje, con el periodista y detective Frank Molina (Andrés Parra) sentado frente a su máquina de escribir, noté algo extraño en la escena: cuando el personaje movía la palanca de la máquina para pasar de un párrafo a otro, no sonaba, no pasaba nada. Los que nos educamos escribiendo en esas máquinas manuales sabemos perfectamente que son instrumentos de percusión, que suenan, que tienen un ritmo muy particular, y que cuando uno pone el punto aparte y baja al siguiente párrafo, la campana de la máquina hace un cling que nos indica el inicio de un nuevo bloque narrativo. Se lo hice saber al asistente de dirección y entonces nos dimos cuenta de que esa máquina de escribir en particular estaba dañada y la campana no funcionaba. Todos los jóvenes del equipo me miraban como señalando que solo un dinosaurio como yo podía darse cuenta de un detalle semejante.
__Pero mi sorpresa mayor fue en la posproducción, cuando estábamos en la sala de sonido revisando la película. Aunque se grabe con excelentes micrófonos, hay sonidos muy precisos que luego se insertan de manera orgánica. Es un ejercicio tremendo poner la película en la pantalla y empezar no a verla, sino a escucharla. Los expertos paran en una determinada escena, por ejemplo, y dicen con seguridad:
__– Zapatos de caucho sobre escalera de madera.
__Sobra aclarar que ese sonido se inserta después en esa escena con una precisión milimétrica.
__O detienen la reproducción y aseguran:
__– Lluvia sobre pavimento húmedo.
__Vale anotar que ese sonido es distinto del que genera la lluvia sobre el pavimento seco.
__Y recuerdo dos momentos que fueron para mí muy iluminadores. En el primero de ellos, el hombre dijo con una seguridad pasmosa:
__– Olla hirviendo.
__En efecto, al fondo de la escena, en el mercado público, una olla estaba hirviendo. Increíble. Nunca hubiera imaginado que era necesario oír el rugir del agua a altas temperaturas.
__En el segundo momento, dos actores estaban en una azotea en las horas de la noche, y de repente uno de los encargados de diseño de sonido detuvo la película. Yo miré mil veces y no vi nada significativo. Entonces el hombre dijo en un tono pedagógico:
__– Brisa tenue nocturna.
__Yo no salía de mi asombro. ¡Sí, en efecto, el abrigo de uno de los actores, y la chaqueta del otro, se movían ligeramente! Genial.
__Desde entonces, como escritor, estoy mucho más pendiente de los sonidos del mundo: el canto de los pájaros, la leche al caer sobre un recipiente de plástico, el roce de los zapatos contra el pavimento. También esa música cotidiana imperceptible es literatura.

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