“Yo creo que hay un momento en la carrera de todo artista, en el que tiene que pensar si le interesa el canon, que es lo que decreta la academia. Yo fui un académico, estoy formado en la academia, fui profesor durante muchos años de un departamento de literatura, tuve alumnos maravillosos a los que recuerdo gratamente, y me gustó la academia en cierto nivel. Pero ya como escritor me di cuenta que era un renegado; debía tener cuidado con el canon, porque este está pensado de cierta manera, para ciertos sujetos que se sienten elegidos, iluminados, que es “EL GRAN ARTE”, “LA GRAN LITERATURA”, y hay que tener mucho cuidado.”