“La lectura propone lo contrario (a las redes sociales): “olvídate de ti”, “tú no eres tan importante”, escápate y experimenta otras vidas, otros gustos, otras religiones, otras maneras de ser, otras maneras de pensar. Por eso me parece tan saludable (leer). No encuentro nada más asfixiante que un “yo”, no hay nada que canse más, que fatigue más que el exceso de un “yo”. Buena parte de las depresiones, de las caídas en el abismo del alma que tienen estas nuevas generaciones tienen que ver con eso. Por eso yo elijo el camino contrario: la multiplicidad, la riqueza, los otros, el aprendizaje, el ir hacia los pronombres plurales y esa es la razón por la que cancelé mis redes sociales.”